Existen siete tipos de Violencia de Género que puede ejercer el agresor hacia la víctima:

  • Violencia física: es aquella basada en agresiones físicas como empujones, golpes, heridas, arañazos, etc. Es el tipo de violencia más visible por la víctima y el entorno, por lo que suele ser la que hace tomar conciencia a la víctima de que debe alejarse de esa relación tóxica.
  • Violencia psicológica: es más sutil, y va intrínseca en todo tipo de violencia. Las formas más frecuentes son las amenazas, insultos, coacciones, desprecios, humillaciones, manipulaciones o desvalorizaciones. Este tipo de violencia es menos visible y a menudo es la primera en aparecer, aumentando la posición de superioridad del agresor sobre su víctima, que pierde toda confianza en sí misma.

Debido a que en muchas ocasiones no se percibe una agresividad directa y muchas víctimas no son conscientes de estar siendo maltratadas y no emprenden acciones contra el agresor. Se puede considerar que prácticamente en todos los casos de violencia de género, independientemente del tipo y motivo de ésta, hay violencia de tipo psicológico.

  • Violencia sexual: se refiere concretamente a aquel tipo de situaciones en que una persona es forzada o coaccionada para llevar a cabo actividades de índole sexual en contra de su voluntad, o bien en que la sexualidad es limitada o impuesta por otra persona. No es necesario que exista penetración ni que se produzca el acto sexual.
  • Violencia económica: Este tipo de violencia se basa en la disminución y privación de recursos económicos a la pareja como medida de coacción, manipulación o con la intención de dañar su honestidad.

También se considera como tal el hecho de obligar a depender económicamente del agresor, impidiendo el acceso de la víctima al mercado laboral mediante amenaza, coacción o restricción física.

  • Violencia patrimonial: Se considera violencia patrimonial la sustracción o destrucción de objetos, bienes y propiedades de la persona víctima de violencia con intención de dominarla o producirle un daño psicológico. En muchos sentidos, estos bienes son el fruto de décadas de trabajo, y destruirlos es una manera de hacer ver que todos esos esfuerzos no han servido de nada.
  • Violencia social: La violencia social se basa en la limitación, control y la inducción al aislamiento social de la persona. Se separa a la víctima de familia y amigos, privándola de apoyo social y alejándola de su entorno habitual. En ocasiones se pone a la víctima en contra de su entorno, produciendo que o víctima o entorno decidan desvincularse.
  • Violencia vicaria: Un gran número de parejas en las que se produce violencia de género tienen hijos/as. En muchas ocasiones el agresor decide amenazar, agredir e incluso matar a sus descendientes con el propósito de dañar a su pareja o ex-pareja.

Se incluye el daño causado a los menores por la observación de malos tratos entre los progenitores. El impacto psicológico es lo que se busca, a través del control, el sometimiento y las agresiones a personas que no están directamente involucradas en el núcleo del conflicto.